#Opinión: Rendición de cuentas o el gran simulacro, una oda a Baudrillard. Por Prof. Carlos Ñáñez R.

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Opinión: Rendición de cuentas o el gran simulacro, una oda a Baudrillard. Por Prof. Carlos Ñáñez R.

A través de las líquidas redes sociales, se nos convoca a la realización de una Asamblea Ordinaria Parcial y de Delegados, para el período 2019-2020 del Instituto de Previsión Social del Personal Docente y de Investigación Adscrito a la Universidad de Carabobo, del cual solo queda el acrónimo de una supuesta previsión social, de la cual no disfrutamos los profesores universitarios, defenestrados a la miseria absoluta en medio de la más horrida crisis orgánica que atraviesa la República. Quizás sea esta la situación más hostil luego del conflicto de la Guerra Federal, en tal sentido, el carácter de Asamblea o “Ágora”, nos debería incorporar a todos, sin desechar la idea del traslado de estas asambleas a nuestras facultades de origen, pues es en ellas donde a diario debemos calibrar el cálculo de seguir educando por encima de nuestro legítimo derecho a vivir en dignidad, o sucumbir al abandono. Sin embargo, la convocatoria es, a todas luces, desconocedora y excluyente al caer en el vicio de la discriminación por edad, eso que se define como edadismo, tal afirmación no obedece a encono alguno en contra de una junta directiva, que se ha mimetizado con el Instituto de Previsión Social del Personal Docente y de Investigación de la Universidad de Carabobo, constituyendo en sí mismo un vicio de desviación en el poder, pues el instituto y cualquier institución no son los predios personales de ningún funcionario, aunque en este país del atropello grosero del poder aun mantengamos viva la infame frase de Luis XIV: “El Estado soy yo”.

En el caso de la Facultad para la cual presto mis servicios docentes, la convocatoria es para el viernes 24/03/2023 a las 10 de la mañana, en un salón de reuniones cuyo aforo es inferior a cincuenta personas (50), los profesores jubilados sencillamente no podrán asistir, pues deben subir unas escaleras y soportar condiciones de hacinamiento, que se adicionan a su ya precaria situación de abandono, derivada de una política sistemática de destrucción del aparato educativo, cuyo punto central es la condena a la miseria, con unos salarios ridículamente bajos que no les permiten cubrir las necesidades propias de su condición etaria y de las morbilidades propias de la edad, esto constituye un desprecio más, de los muchos que deben tolerar quienes fueron maestros de mi generación de profesores universitarios, no conforme con percibir un salario inferior a los 80 dólares al mes y bonos transferidos desde la ominosa plataforma Patria, por cierto inferiores en monto al de los activos, constituyendo un engendro que va en contra de los padecimientos y vulnerabilidades propias de la edad, son excluidos de los puntos tratados en una asamblea que intenta forzar la verdad, de un instituto que no informa el modo y manera de las inversiones que emprende, los rendimientos de las mismas, y menos consulta la aprobación de proyectos sibaríticos, que jamás podremos disfrutar los profesores universitarios condenados a la indecencia salarial promovida desde el régimen.

En la agenda presentada, llama la atención la presentación de la memoria y cuenta del bienio 2019-2020, es menester aclarar que esto es la rendición del examen de la cuenta del IPAPEDI ante sus agremiados, y que en la misma faltan los ejercicios 2021 y 2022, igualmente, la rendición de la cuenta debe ir vinculada con la presentación del Plan Operativo Anual (POAI), en el cual se deben rendir los montos de lo invertido como desembolso y la redituabilidad de estos montantes, a través de la presentación del Valor Agregado Neto y la Tasa Interna de Rentabilidad, así como el lapso de recuperación de las inversiones, rindiendo el estado físico y económico de las mismas.

En el informe de vigilancia del bienio 2019-2020, deben estar subsumidas las conductas de la inflación, las cuales de acuerdo al BCV presentan el comportamiento de 9566% para el 2019 y de 2961% para el 2020, evaluando el efecto que la sostenida inflación supone sobre los montos ahorrados y las inversiones acometidas, de manera inconsulta por el IPAPEDI, políticas todas contrarias con la ruinosa situación económica de los profesores.

Si se pretende presentar el presupuesto de ingresos, gastos e inversiones para este periodo, es necesario sean aclaradas las fuentes de ingreso de un instituto cuyos agremiados han debido abandonar el seguro por imposibilidad de pago, esto es un drama público notorio y comunicacional, del cual no escapamos ni jubilados ni activos.

Además de todo lo anterior, el año pasado tuve que negarme a pagar el Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras en dólares, pues la excusa que esgrimían era que el sistema no aceptaba pagos mixtos, cuando este tributo, por naturaleza, puede ser pagado en bolívares, ante mi queja fui atendido por una empleada de la empresa aseguradora, quien aceptó el pago de manera mixta, esta erogación obviamente no proviene de mis ingresos como profesor universitario, y es conocido que la excusa del actual presidente de IPAPEDI, es indicar que los bajos salarios no son su responsabilidad, razonamiento valido, pero igualmente valido e incontrovertible resulta que sí los profesores somos un conglomerado que devenga un ingreso de subsistencia, entonces, surge la inquietud ¿ Para qué se invierte en un complejo turístico al cual no tendremos capacidad de acudir, ni posibilidad de hacerlo, pues estamos procurando el sustento diario? La respuesta a esta acuciante situación medra en la brecha entre el salario y la prima de seguro, siendo que esta erogación solo puede cubrirse en un 0,07%, con los salarios irrisorios que percibimos a través de la plataforma patria, inconstitucional y violatoria del artículo 109 de la carta magna.

La auditoría como proceso de control, es un mecanismo efectivo, pero como agremiados estamos obligados a ser notificados de cualquier movimiento de inversiones realizados con nuestros recursos, del cual nos enteramos por fuentes exógenas, ya que oficialmente no fuimos notificados que el instituto es propietario de inmuebles, de cuyos ingresos son honradas las nóminas del personal administrativo; igualmente me enteré por vía radial, que el instituto estaba empaquetando chocolates, con la imagen de un complejo turístico inconcluso, el cual es una guisa de la Torre de Babel, y de esas actuaciones no fuimos ni informados y menos enterados. Con respecto al complejo vacacional de Tucacas, lo único que se sabe se deriva de un video en donde el presidente de IPAPEDI manifiesta que de dicha construcción se están extrapolando puntos al Producto Interior Bruto desagregado por actividad económica de la construcción, la cual en el lapso 2013-2022, ha caído en un 95%.

Finalmente, como profesores universitarios, nos sentimos cuando menos burlados cuando se presentan unos dividendos que bien podrían yuxtaponerse a la obra de Baudrillard, es decir, a un proceso de simulación ontológica, en donde el hombre es escindido del ser. De nuevo vuelvo a aclarar que no soy una cuenta, ni un código, y menos un asiento contable, soy un ser humano, un profesor, que clama claridad y justicia frente a aquellos jubilados que se encuentran en condiciones infrahumanas que les permiten meramente sobrevivir, mientras en el IPAPEDI se exhibe una ostentación sibarítica, cuando menos inaceptable.

El 24 de marzo estaré en el Viñedo, pues IPAPEDI no es un estanciero privado, y en ese predio pediré cuentas, solicitaré revisar los estados financieros, las fuentes de la inversión, los indicadores de gestión y los planes operativos que permiten construir un informe de gestión, no una memoria y cuenta, de inversiones inútiles que jamás podremos disfrutar y no son usables por quienes hemos sido despojados de todo, ya para atropellos, tropelías y engaños nos basta con el régimen, en tal sentido el llamado es a decir ¡ Basta Ya!. , rindan cuentas del 2021 y 2022, enteren dividendos sobre cuales utilidades, IPAPADI pasó de ser una caja de ahorros a un exclusivo club del cual hay que pagar para recibir una cobertura limitada en salud, la cual excluye a la mayoría de sus agremiados por razones etarias, sería muy necesario conocer si este Instituto cuenta con estudios etarios de sus agremiados, además de manejar una data de las morbilidades asociadas a la edad, esa es la razón de ser del IPAPEDI y no la postura en una distopia lúdica de complejos vacacionales, para una población de profesores jubilados quienes consumen menos de 10 gramos de calorías diarias.

Por: Por Prof. Carlos Ñáñez R.

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